viernes, 29 de enero de 2016

Estacionamiento

Me estaciono en un solo lugar, ocupo un pequeño espacio de esta gran ciudad, entro a un interminable túnel diseñado para ser monótono y casi mecanizado, esta es la puerta de entrada a algo que pretende ser algo parecido a un lugar en el cual camino, veo y siento aunque no alcance el cielo con la mirada. 



     Estacionamiento Forum Buenavista

martes, 10 de enero de 2012

Caminos



Los caminos que nos comunican son tan vastos como las huellas que quedan marcadas en la tierra, estas huellas moldean nuestras ciudades, como una especie de pluma que deja su línea territorial, en teoría, donde pasamos no hay nada que nos detenga, sin embargo, si existen cosas que nos pueden cortar el paso, por ejemplo, las puertas, muros o retenes, estos objetos y/o personas se encuentran colocadas por un sin fin de personajes o grupos en distintos puntos para marcar y controlar ciertos territorios.

También existe variedad de materiales con los que están construidos los caminos; tierra, asfalto, cemento hidráulico y gravas de distintos tamaños y tonos. Se ven caminos tan bellos que son llamados paseos, hechos especialmente para pasar a pie y caminos tan peligrosos y escabrosos como en los acantilados, hechos por la naturaleza y por donde algunos intentan pasar con la ayuda de arneses y cuerdas. 


Un sin fin de caminos, vehículos y herramientas que es posible explorar en conjunto o por separado, lo importante es saber que existen, se siguen haciendo todos los días por distintas razones y se encuentran en el mundo para nosotros.

viernes, 5 de marzo de 2010

La transformación del vacío: Managua, Nicaragua

El espacio público es un contenedor urbano con límites establecidos, marcado por las variadas dinámicas sociales que pueden coexistir en una ciudad, en este se desarrollan actividades exteriores. Estos espacios marcan la estructura urbana de la urbe y se van transformando con el paso del tiempo mientras es habitado por múltiples generaciones de la sociedad en que están inmersos.
Existen procesos en los que se ven inmersos dichos lugares que habitamos, en el espacio público es mucho más evidente el paso del tiempo, pues posee signos que nos ayudan a identificar épocas que lo marcan, un ejemplo de esto nos lo podría brindar la historia política-social centroamericana que fue bastante álgida durante la segunda mitad del siglo XX, en especial al final de la década de los setentas y prácticamente todos los ochentas, en que el proceso revolucionario fue muy significativo para la sociedad de ese momento.
Precediendo esta situación de cambios políticos y sociales, hubo una dictadura de tipo militar que perduró por cincuenta años y efectivamente dejó sus marcas en la ciudad y la sociedad nicaragüense, además de la cicatriz más perdurable en términos físicos de la ciudad de Managua que fue sin duda el gran terremoto de 1972, el catalizador que cambió la morfología de la ciudad central y por ende el espacio público y las dinámicas sociales de la misma.
El casco antiguo de la ciudad antes de 1972 ere evidentemente neoclásico con tintes de modernidad, en donde las calles principales estaban atestadas de anuncios publicitarios y eran recorridas de manera permanente por las personas que eran atraídas por los servicios que ofrecían en tiendas y escaparates sobre las banquetas; el parque central con dimensiones medias era contenido por la catedral, el teatro Rubén Darío y el Palacio Nacional, como se encuentra hoy en día, con la diferencia que el resto de las cuadras existían un número considerable de edificios de vivienda y oficinas que tenían un vínculo visual con el Lago Xolotlán, ubicado al sur de esta zona dinámica.
Managua
El 23 de diciembre de 1972, esta condición de espacio público dominado por edificios de mediana altura y calles que atravesaban la zona en forma de damero, cambió radicalmente, el 70% de toda construcción en este lugar se vino abajo por una combinación de factores letales, por una parte la mala calidad de las edificaciones y del otro lado una falla geológica que atraviesa la ciudad de sur a norte. El colapso no solamente fue físico, sino social, económico y político, la ciudad ya no era ciudad, simplemente se convirtió en el lugar donde vivía la mayor cantidad de personas en Nicaragua, la capital nunca pierde el título de tal.
La vida pública antes de este suceso se daba en espacios abiertos flanqueados por muros neocoloniales o de cierta modernidad incipiente, con eventos cotidianos y vida nocturna, ahora la sociedad se encontraba circundando una zona que podría decirse vacía y desolada, esto era el espacio contenido por más espacio, al fondo un lago en silencio y después de retirar los escombros el vacío, ahora el espacio era amplio y terroso pero inhabitable de momento.
Entre 1972 y 1979 la ciudad trató de continuar su rumbo, no sin intervención de la familia Somoza que trataba de especular con los predios baldíos, admitiendo una junta de reconstrucción que coordinaba por la misma élite política. A pesar de la catástrofe, el vació también puede ser transformado, para ser habitado cuando se interviene de una manera adecuada, sin embargo el tratar de convertir toda una zona de hectáreas de terreno, con edificios espaciados unos de otros con cierto valor histórico es algo que podría parecer el sueño de cualquier urbanista vinculado a una clase política ávida de expectativas de seguir perpetuándose en el poder.
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Estos siete años fueron críticos para la sociedad y la ciudad, con todo destruido y en el suelo, el descontento era incontenible, el espacio público se convirtió en el paso de un lugar a otro o en el paisaje desolado de una ciudad devastada, las dimensiones podrían parecer enormes en una ciudad si no existen elementos que contengan las manzanas o cuadras, de esta manera la imagen física se vuelve vacía y el sentimiento de desamparo y desprotección es fuerte.
Ahora los parques, plazas, edificios y casas en el casco antiguo estaban desintegradas, estos elementos que antes estaban de alguna forma unidos en una lógica espacial más o menos coherente, se encontraban fracturados y espaciados unos de otros, esto hizo que las personas se desprendieran de este territorio, ahora los parques poco a poco se convertían en guarida de delincuentes, estos espacios ya no pertenecían a la sociedad, eran simplemente tomados por personas en situación de calle y pobreza extrema.
Toda esta situación se desarrollaba mientras se iba gestando una insurrección que amenazaba con la caída de la dictadura de la familia Somoza, es decir, el factor natural más la variable social, aunado a una imagen física de una ciudad en decadencia, dieron como resultado una efervescencia social que terminaba por tambalear a la ciudad y sus espacios.
El 19 de Julio de 1979, después de una lucha armada, triunfó la revolución sandinista, esto trajo una nueva manera de reconstrucción social y física, se trataron de rehabilitar parques y espacios con ciertos monumentos, sin embargo, esto llevaba una carga política muy fuerte, aunque existió cierta afluencia hacia estos espacios, el abandono era cada vez mayor por la falta de vivienda, comercios y edificios públicos que fueran polos de atracción, la peligrosidad de los espacios era pasmosa al desaparecer la superestructura.
Un ejemplo emblemático de la década de los ochentas en la capital fue el Parque “Luis Alfonso Velázquez Flores”, con una zona que abarca más de diez manzanas de extensión, con áreas verdes, juegos para niños, canchas deportivas, senderos para caminar, biblioteca, comedores y hasta exposición de reptiles, todo esto era solamente una parte del antiguo centro de Managua, el resto de la zona del casco antiguo estaba total o parcialmente abandonada.
Los espacios públicos también son de alguna forma expresiones de una sociedad civil o de un sistema de gobierno, que en el mejor de los casos son el resultado de la combinación de estas dos clases, sin embargo, también el espacio sufre modificaciones cuando hay cambios de gobiernos en las ciudades o los países en los cuales se encuentren estos, por esta razón, algunos proyectos ya realizados como el Parque Luis Alfonso Velázquez Flores, en la transición del gobierno sandinista, en 1990, al gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, fue con visiones y criterios políticos diametralmente opuestos, y se mantuvieron al margen de las prioridades de la nación, es decir, se dejaron de mantener y por ende, de visitar.
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La época siguiente al gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, es la de los gobiernos neoliberales, el espacio ahora empezó a ser tratado como privado, se impulsó el desarrollo de la “nueva Managua”, en la zona norte de la capital se empezaron a construir centros comerciales y tiendas departamentales, la política estaba encaminada a tales fines, sin embargo, el casco antiguo de la ciudad también sufrió ciertos cambios, al levantarse edificaciones de gobierno que tampoco resolvieron el problema del vacío urbano y abandono de este polígono de Managua.
Los grandes “malls” no han entrado en la dinámica urbana del casco antiguo de Managua, sin embargo, la vivienda unifamiliar de interés medio y social si lo ha hecho, se han ocupado algunas manzanas de terreno para poder levantar habitación que traerá más población hacia el antiguo centro de la capital. Este fenómeno se ha dado desde los años ochentas, junto con la ocupación ilegal de algunas manzanas.
A partir de los años noventas el espacio público empezó a cambiar los espacios hacia el interior, tomando el cuenta que no había calidad en el espacio público adecuado fuera de los paramentos de los edificios que aún quedaban en pie, las personas se han volcado hacia los centros comerciales, esto les da una sensación de seguridad y confort que no encuentran en el exterior, salvo algunas excepciones que podemos citar, como por ejemplo el Memorial Sandino, un parque histórico en la Loma de Tiscapa que ha tenido cierto éxito porque en sus inmediaciones se encuentra la sede del estado mayor del Ejército Nacional, el hotel Crowne Plaza y el Hospital Militar, estos tres edificios le dan un dinamismo importante a esta zona, sumado a bares y restaurantes que se encuentran por la zona.
Estos espacios de la ciudad son lineales en lo general, y en la “Loma de Tiscapa” se vuelven redondeados por la topografía, rematando con un cráter que contiene agua formando una laguna circular, se debe tomar en cuenta que este espacio es parte del casco antiguo y podría llegar a ser uno de los pocos que se han conservado visitados a lo largo del tiempo en Managua, ya que existe poco tráfico vehicular, además es un parque que en su cima cuenta con vista a prácticamente toda la ciudad y finalmente contiene una carga histórica importantísima.
La carga histórica no solamente es importante en la “Loma de Tiscapa”, también lo es en la Plaza de la República, que posee características espaciales interesantes, dimensión regular con forma cuadrada.
Hacia el Sur la llamada casa de los pueblos, al Norte el Palacio de la Cultura y al Este la Antigua y ya mítica Catedral de Managua, vinculado a estos espacios se encuentra el monumento y parque dedicado a Rubén Darío, el mausoleo de Carlos Fonseca Amador y el Teatro Rubén Darío, que a su vez posee vistas hacia el malecón de Managua y de fondo el Lago Xolotlán.
Este es el antiguo corazón de la ciudad, desde ahí se programan eventos importantes en esta zona, relacionados con la historia del país y con las festividades generales de la ciudad, aunque existe una cierta competencia con la zona Norte de la que ya hemos hablado anteriormente, en comparación tienen morfologías muy distintas, en dicha zona la morfología es lineal y la “vieja Managua” es cuadriculada.
Efectivamente es importante que se regrese la vida al casco antiguo de Managua, se deben crear vínculos con la ciudad a partir de este espacio, vínculos que permitan el esparcimiento y la interacción entre diferentes clases sociales que desde el terremoto de 1972 se perdió en la capital, los ejes Norte-Sur y Este-Oeste que atraviesan este espacio deben de ser tratados para lo que fueron concebidos, para andar por la ciudad, retornar a vivir la ciudad, hablo de la calidad del espacio público.
MANAGUA - PANORAMICA
El espacio público efectivamente ha tenido una sensible recuperación en términos generales en Managua, hemos recorrido en una forma general diferentes épocas y podremos con esto decir que la ciudad ha cambiado pero la calidad el espacio no ha mejorado de una manera significativa, se mantiene una pensamiento general de la ciudad que se ha perdido, de la ciudad del vacío, sin embargo, este vacío aún contiene 1.8 millones de personas, estas podrían apropiarse los lugares si y solo si se consideran las características históricas y sociales que incurren en las dinámicas de la sociedad de la capital nicaragüense.
Artículo publicado en La Ciudad Viva
Mauricio Acosta

jueves, 12 de noviembre de 2009

La forma de un sueño

El "Palais Idéal" de Cheval
En este objeto como en ningún otro, las formas y los detalles expresan la vida de una persona, descritas textualmente según Weiss, en un listado serían: las torreantes termiteras que recuerdan limo de secreciones, rostros, figuras, miembros, animales, la arquitectura oriental, cadáveres de viejos periódicos, templos indios y balineses, esculturas precolombinas, la jungla africana, los intestinos, el corazón, el cerebro, los pulmones, el respiro, la circulación, el organismo con sus movimientos, el sexo, pechos, caderas, entrepiernas, raíces, fibras, gnomos, hadas, vacas mágicas, corderos, liebres, peces, pájaros, migajas de piedras, nichos, cajas chinas, jarrones, galerías, saledizos, altares, santuarios, hoyos, tesoros, cavidades, animales exóticos, plantas tropicales, laberintos, catacumbas y cepas, todo esto expresa en un instante toda la obra de una vida, la obra de un quijote, un Cheval que sueña con castillos y caballeros, la vida del que dice ser un simple campesino.

La mano como instrumento solamente levantó una obra que no tiene nada que ver con mecanismo comercial alguno. Su sueño ya es de todos, no se necesita instrucción para hacer las cosas bien, su fe es infinita porque aún vive en su obra, llevó al extremo la perseverancia y la fe. Seleccionar es hacer algo que todavía no está en pie, su analogía es la naturaleza misma y su motor un oficio que fue perfeccionando a medida que construía su sueño onírico.

Autor: El visor, en colaboración con el arquitecto Mauricio Acosta.

Texto inspirado de la lectura "El gran sueño del cartero de Cheval", escrito por Peter Weiss.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El apocalipsis urbano

Ideas gráficas para la ciudad destruida (tomado de http://cortofantasmas.blogspot.com/2008/06/blog-post.html)



Los poderes retentivos de la ciudad van más allá de una ansiedad centralista, tanto del estado como del ciudadano común. La ciudad es un imán que atrae todo aquel que tiene una esperanza que tarde o temprano convierte en quejas y desilusiones, sin embargo, ¿sirve de algo el adoptar posturas quejumbrosas de la ciudad?.


Existen infinidad de versiones de la caída de las ciudades, el cine se ha encargado de bombardearnos con ejemplos apocalípticos de enormes dimensiones, vivimos en la era de lo mayúsculo y descomunal, aparentemente nuestras ciudades se desparraman a un ritmo vertiginoso sobre la tierra, pero no hay que perder de vista las ventajas que obtenemos de la aglomeración. Lo que nos hace estar atados a nuestras ciudades son las ventajas que le encontramos, es un mundo que está tratando de hacerse a nuestra medida, me refiero a la personalización de nuestro espacio, la zona de confort que logramos al estar en las urbes, sean grandes o pequeñas, son fuerzas mucho mayores que nos inclinan a quedarnos e ir a ellas.


Las visiones fatalistas están en todas partes pero supongo que si habría que imaginar algo, no solamente sería la destrucción irremediable de nuestro mundo urbano "atroz", sino que habríamos de imaginarnos en la búsqueda de alternativas para rehacer lo que tenemos, no elucubrar lo que podría ser, sin haber llegado aún. La destrucción no la tenemos que imaginar, ni pedir que nos la muestren, solo hay que abrir nuestra ventana, y observar de manera reflexiva, para darnos cuenta de nuestra parte de la misma.


Arq. Mauricio Acosta

domingo, 28 de junio de 2009

Plazas en Santiago de Querétaro

Andador en el centro histórico de la ciudad de Querétaro

Andador, predominio de la cantera en los mismos, centro histórico de la ciudad de Querétaro

Vista desde la plaza constitución al templo de San Francisco

Las Plazas son espacios públicos, amplios y al descubierto, en la cual se concentran los poderes del estado, actividad comercial y económica, es el elemento nuclear de una población, son importantísimas para la estructura urbana de una ciudad. Actualmente, para algunos grupos de ciudadanos, existen ciertos problemas alrededor de estas, el comercio desmedido y desorganizado y el tránsito vehicular pueden ser dos factores que a menudo se salen de control en la dinámica de las plazas, sin embargo, no todas las plazas enfrentan problemas de este tipo, sea porque se tomaron las medidas adecuadas para transformarlo o simplemente porque la dinámica acelerada de la ciudad de la que son parte ha rebasado por completo la capacidad de transformación de la plaza.

Querétaro es una ciudad mexicana, capital del estado de Querétaro y cabecera del municipio homónimo, posee un centro histórico muy interesante, en donde se encuentra la plaza Constitución, dotada en el año 2000 con un estacionamiento subterráneo con capacidad para 300 vehículos, existe un sistema de plazas conectadas a través de andadores, en los cuales existen puestos comerciales modulados que ofrecen toda clase de productos.

Este modelo está propuesto de tal forma que las plazas sean los puntos de referencia y destino de los andadores y calles que cruzan por las esquinas de las mismas, en ocasiones existen pequeños quiebres en estos callejones que datan de la época virreinal, dando un efecto de planos irregulares entre un frente y otro de las fachadas, esto unido a la estrechez de los caminos en algunos puntos, produce un efecto, que en este aspecto en particular y en lugares específicos, recuerda a los modelos urbanísticos árabes, por la relación entre la altura de las construcciones y el ancho de las callejuelas.

Existen muchos aspectos positivos que contribuyen a la belleza de este centro histórico, es considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, hay que remarcar de un modo especial la manera en que una intervención adecuada puede ser determinante en un espacio como de estas características, que por si solo tiene una belleza especial, y esta condición hace mucho más delicado el tratar de intervenirlo, pero si existe voluntad e intereses alrededor de un espacio público.

Autor: El Visor

miércoles, 27 de mayo de 2009

El vecino de enfrente


Calle de Mérida, esquina con Guanajuato, Col. Roma. México DF. Vista frontal.



Mérida 139, Col. Roma, Del. Cuahutemoc, Ciudad de México. Vista General.


Calle de Mérida, esquina con Guanajuato, Col. Roma. México DF. Detalle balcón.


Mérida 139, Col. Roma, Del. Cuahutemoc, Ciudad de México. Detalle balcón.




La vivienda es la columna vertebral del urbanismo, es un órgano rector dentro de las ciudades, una ciudad sin personas es como una copa de cristal detrás de una vitrina; hermosa pero simplemente una copa, el simple hecho de tomar de ella y sentir su textura hace que ésta tenga el sentido y la hermosura total que hemos conceptualizado en ella, el concepto de lo que conocemos como ciudad no sería nada si no pudiéramos habitar en ella.

Los barrios que erigimos para vivir pueden tener un sinfín de tipologías y funciones específicas, en este caso, la Colonia Roma, símbolo del Porfiriato que galopaba, a inicios del siglo pasado, con paso firme hacia la modernidad, una modernidad que apenas tratamos torpemente de desempolvarnos.

En las calle de Mérida, esquina con Guanajuato existen dos edificios que son unas verdaderas joyas en esta colonia y en el distrito federal. Se trata de edificaciones de tipo habitacional de más de un siglo de existencia.

El edificio de Mérida 139, se encuentra rejuvenecido, vibrante y totalmente remodelado, algo realmente bueno para la imagen de la ciudad, algo que nos deja una gran satisfacción al pasar por este lugar, sin embargo, el vecino de la esquina de enfrente, igual de hermoso, pero con las señas de la vejez y el descuido a flor de piel, condición que no le resta puntos en cuestión de estética porque hasta se podría pensar que su senilidad arquitectónica le da un carácter aún más impactante, mira con la nostalgia, de años "mejores", a su vecina totalmente remodelada y fresca como en sus mejores tiempos.
Podemos hacer un juicio importante en esta historia de novelesca, en primer lugar que el hecho de que el capital que se inyecta a las construcciones busca la obtención de beneficios económicos, pensando que esta condición se debe de dar de negociaciones con antiguos inquilinos para que estos cedieran ante algún inversionista, algo que sucede con cierta frecuencia, y evidentemente cambia la imagen del lugar a cambio de un costo que solamente los antiguos dueños sufrieron o gozaron directamente. En segundo lugar, cuando volteamos hacia el "vecino sin cirugía plástica", nos podríamos preguntar, ¿qué hacer para que este se vea igual de rejuvenecido?.

Posiblemente ya nadie tenía interés en la casona recientemente remodelada, esto aunado con alguien interesado y con el capital que cubra los costos de remodelación y la compra del inmueble, da como resultado un muy buen negocio de rentas y ventas, además de una contribución, sea acertada o no, a la imagen del lugar.

Tristemente el vecino de enfrente se sigue deteriorando poco a poco, tristemente no existe iniciativa para la remodelación íntegra del otro inmueble, posiblemente no existen recursos suficientes pero ¿es necesario que un inversionista se interese y negocie con los inquilinos que todavía viven su día a día en este hermoso edificio?, ¿será necesario que se vayan para que esto suceda?, creo firmemente que la respuesta a esta interrogante es que no, podría haber formas de hacerlo, formas de hacer de su lugar, algo mejor pero sin verse fuera de éste, maneras que urge que desarrollemos y descubramos.

La historia del vecino que crece y destella con nueva luz es bastante antigua, el que se ve reflejado en él quiere despertar también por sus propias razones, esto trae consigo la reflexión obligada de su par para de igual manera resurgir y reinventarse, a pesar de todo, nuestros vecinos son la continuación de nuestra propia familia, los adoptamos y confrontamos, es lo que tenemos inmediato, nuestra referencia obligada y casi ineludible.

Me da gusto encontrarme con agradables sorpresas, pero no me da gusto ver nada más el lado bello de las cosas, siempre el vecino de enfrente tiene palabras que decir.
Autor: El Visor
Revisar: AD arquitectural digest, junio 2009.