miércoles, 27 de mayo de 2009

El vecino de enfrente


Calle de Mérida, esquina con Guanajuato, Col. Roma. México DF. Vista frontal.



Mérida 139, Col. Roma, Del. Cuahutemoc, Ciudad de México. Vista General.


Calle de Mérida, esquina con Guanajuato, Col. Roma. México DF. Detalle balcón.


Mérida 139, Col. Roma, Del. Cuahutemoc, Ciudad de México. Detalle balcón.




La vivienda es la columna vertebral del urbanismo, es un órgano rector dentro de las ciudades, una ciudad sin personas es como una copa de cristal detrás de una vitrina; hermosa pero simplemente una copa, el simple hecho de tomar de ella y sentir su textura hace que ésta tenga el sentido y la hermosura total que hemos conceptualizado en ella, el concepto de lo que conocemos como ciudad no sería nada si no pudiéramos habitar en ella.

Los barrios que erigimos para vivir pueden tener un sinfín de tipologías y funciones específicas, en este caso, la Colonia Roma, símbolo del Porfiriato que galopaba, a inicios del siglo pasado, con paso firme hacia la modernidad, una modernidad que apenas tratamos torpemente de desempolvarnos.

En las calle de Mérida, esquina con Guanajuato existen dos edificios que son unas verdaderas joyas en esta colonia y en el distrito federal. Se trata de edificaciones de tipo habitacional de más de un siglo de existencia.

El edificio de Mérida 139, se encuentra rejuvenecido, vibrante y totalmente remodelado, algo realmente bueno para la imagen de la ciudad, algo que nos deja una gran satisfacción al pasar por este lugar, sin embargo, el vecino de la esquina de enfrente, igual de hermoso, pero con las señas de la vejez y el descuido a flor de piel, condición que no le resta puntos en cuestión de estética porque hasta se podría pensar que su senilidad arquitectónica le da un carácter aún más impactante, mira con la nostalgia, de años "mejores", a su vecina totalmente remodelada y fresca como en sus mejores tiempos.
Podemos hacer un juicio importante en esta historia de novelesca, en primer lugar que el hecho de que el capital que se inyecta a las construcciones busca la obtención de beneficios económicos, pensando que esta condición se debe de dar de negociaciones con antiguos inquilinos para que estos cedieran ante algún inversionista, algo que sucede con cierta frecuencia, y evidentemente cambia la imagen del lugar a cambio de un costo que solamente los antiguos dueños sufrieron o gozaron directamente. En segundo lugar, cuando volteamos hacia el "vecino sin cirugía plástica", nos podríamos preguntar, ¿qué hacer para que este se vea igual de rejuvenecido?.

Posiblemente ya nadie tenía interés en la casona recientemente remodelada, esto aunado con alguien interesado y con el capital que cubra los costos de remodelación y la compra del inmueble, da como resultado un muy buen negocio de rentas y ventas, además de una contribución, sea acertada o no, a la imagen del lugar.

Tristemente el vecino de enfrente se sigue deteriorando poco a poco, tristemente no existe iniciativa para la remodelación íntegra del otro inmueble, posiblemente no existen recursos suficientes pero ¿es necesario que un inversionista se interese y negocie con los inquilinos que todavía viven su día a día en este hermoso edificio?, ¿será necesario que se vayan para que esto suceda?, creo firmemente que la respuesta a esta interrogante es que no, podría haber formas de hacerlo, formas de hacer de su lugar, algo mejor pero sin verse fuera de éste, maneras que urge que desarrollemos y descubramos.

La historia del vecino que crece y destella con nueva luz es bastante antigua, el que se ve reflejado en él quiere despertar también por sus propias razones, esto trae consigo la reflexión obligada de su par para de igual manera resurgir y reinventarse, a pesar de todo, nuestros vecinos son la continuación de nuestra propia familia, los adoptamos y confrontamos, es lo que tenemos inmediato, nuestra referencia obligada y casi ineludible.

Me da gusto encontrarme con agradables sorpresas, pero no me da gusto ver nada más el lado bello de las cosas, siempre el vecino de enfrente tiene palabras que decir.
Autor: El Visor
Revisar: AD arquitectural digest, junio 2009.

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